Nadamos contra natura. La naturaleza nos
hizo dependientes de las caricias, de los mimos y arrumacos de nuestras
madres. Ahora negamos eso a nuestros hijos y para contrarrestar hacemos leyes de paridad e
igualdad.
No nos conmovemos ante la barbaridad de que las madres, en lugar de darles a sus hijos caricias, amor y cariño, les den dinero y tele y móvil. Estamos creando una generación de seres dependientes del consumo cuyos valores humanistas dependen de ir a la moda, y no nos alarmamos, no salimos a la calle a protestar por eso.
Si a un niño de cuatro meses necesitado de cariño y amor se le deposita en una guardería despojándole del olor y el calor y de la seguridad de su madre, no nos extrañemos que estemos creando un nuevo ser humano robotizado. Enseñemos a nuestros hijos a ser perfectos, a controlar sus emociones, a limitar sus sentimientos, luchemos contra la naturaleza, ella que ya se dio cuenta de que no era bueno que hubiera seres unicelulares, pues igual que había noche y día, frío y calor, seco y húmedo..., tenía que haber hombre y mujer. Pero no..., el ser humano, en sus ansias de lucha contra la madre naturaleza, se empeña en igualar al hombre con la mujer, convertir a la mujer en hombre.
En lugar de disfrutar de lo que la naturaleza ha puesto a nuestra disposición, nos empeñamos en cambiar todo lo que nos ha dado, todo en nombre del progreso. Nos quieren arrebatar la sensibilidad y nos hablan de una sociedad más justa.¿Una sociedad más justa sin sentimientos?
No nos conmovemos ante la barbaridad de que las madres, en lugar de darles a sus hijos caricias, amor y cariño, les den dinero y tele y móvil. Estamos creando una generación de seres dependientes del consumo cuyos valores humanistas dependen de ir a la moda, y no nos alarmamos, no salimos a la calle a protestar por eso.
Si a un niño de cuatro meses necesitado de cariño y amor se le deposita en una guardería despojándole del olor y el calor y de la seguridad de su madre, no nos extrañemos que estemos creando un nuevo ser humano robotizado. Enseñemos a nuestros hijos a ser perfectos, a controlar sus emociones, a limitar sus sentimientos, luchemos contra la naturaleza, ella que ya se dio cuenta de que no era bueno que hubiera seres unicelulares, pues igual que había noche y día, frío y calor, seco y húmedo..., tenía que haber hombre y mujer. Pero no..., el ser humano, en sus ansias de lucha contra la madre naturaleza, se empeña en igualar al hombre con la mujer, convertir a la mujer en hombre.
En lugar de disfrutar de lo que la naturaleza ha puesto a nuestra disposición, nos empeñamos en cambiar todo lo que nos ha dado, todo en nombre del progreso. Nos quieren arrebatar la sensibilidad y nos hablan de una sociedad más justa.¿Una sociedad más justa sin sentimientos?
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