viernes, 13 de septiembre de 2019

SOBRE DIOS










   Hoy voy a hablar de Dios. De Dios hay que hablar de vez en cuando, en cualquier momento, sin que venga a cuento, porque puede que de repente te ocurra algo que no  esperas, una desgracia, Dios no lo quiera,  y eleves tu pensamiento a Dios pidiendo su protección sin darte cuenta. 

   Que Dios no existe es algo que dice tener claro muchísima gente, tanto de izquierdas como de derechas -de izquierdas bastantes más-,  del centro y la periferia.

   Sin embargo, hay también muchísima gente de izquierdas, derechas,  centro y la periferia que dicen creer en él.

  Por tanto, lo que pone de manifiesto esta creencia es que por mucho que se esfuerce la ciencia en decirnos que Dios no existe, hay cosas que se le escapan a la ciencia. Es decir, no todo lo explica la ciencia, una afirmación que los propios científicos avalan. Aunque es verdad que científicamente nada sabemos de él, por eso es una creencia.  No obstante, cuando la ciencia explique qué es el Universo, cómo nació, qué lo causó y por qué, o lo que es lo mismo, qué hizo posible que surgiera, y veamos que surgió por generación espontánea, podrá decir si existe Dios o no. Mientras tanto, hay que seguir buscándolo porque lo de la generación espontánea no cuela. 

Todos estaréis de acuerdo conmigo en que Dios es un invento del hombre, un producto de su imaginación, de sus sueños, de sus necesidades y sus miedos. Un desesperado intento por darle sentido a la vida. Y buscándole sentido a la vida, ha reparado en que la materia ha llegado a tal punto de organización que ha adquirido conciencia de su existencia y se pregunta por sí misma. Y desde esa posición pensante, no solo inventa a Dios, sino que aspira a convertirse en dios y ser inmortal. ¿Cómo se explica esto?
     
   Si no hubiera sido por la imaginación del hombre todos los adelantos científicos y tecnológicos de los que disfrutamos hoy, que en su día se antojaban meras utopías cuando no quimeras, no existirían. Y si esto es así, y lo es ¿quién nos dice que no acabaremos por descubrir que Dios no solo existe en nuestra imaginación sino también en la realidad? 

  En ellos estamos.