lunes, 18 de noviembre de 2019

PARA PREOCUPARSE










¡Pero si yo no quiero hablar de política! Si a mí lo que me gusta es la poesía, la literatura, la música, la pintura... Y sin embargo la política, que no me gusta, es lo que más me preocupa. Esta es precisamente la prueba de que nuestros políticos no están haciendo bien las cosas, pues si las hicieran bien esta preocupación mía, que presumo también  vuestra, no existiría.
Nosotros votamos a nuestros políticos para que gobiernen bien y resuelvan los problemas que tiene nuestra sociedad, problemas que son políticos, sociales y económicos fundamentalmente. Y no votamos a aquellos de los que sabemos que, no solo no los van a resolver, sino que los van a agravar. Pues acordaros de Aznar, acordaros de Zapatero, el uno nos metió en una guerra en la que no pintábamos nada y nos costo el mayor atentado terrorista de nuestra historia, y el otro nos trajo una ruina económica espantosa y alentó el secesionismo de los separatistas catalanes.
A ello hay que unir una corrupción galopante tanto del PP como del PSOE que sonroja, entristece y enfurece. Todo ello acaba con el bipartidismo y surgen dos partidos nuevos, Podemos en Madrid y Ciudadanos en Cataluña.
¿Y qué hemos conseguido? Que el voto se disperse y los grandes partidos dependan, para gobernar, de los pequeños y los gobiernos sean más débiles.  Y hete aquí que quien más provecho ha sacado de esta situación han sido los partidos nacionalistas, a los que se les ha ido dando cada vez más dinero y competencias para contar con sus votos. No podía desaprovechar esta coyuntura el separatismo catalán, que ha echado un órdago a la grande al Estado llegando a declarar la independencia de Cataluña, nada más y nada menos.
Es decir, que en lugar de resolver problemas, nuestros políticos los han agravado. Y ahora nos encontramos con que el PSOE tiene que gobernar con quien siempre ha menospreciado, Podemos, un partido de ideología comunista totalitaria, y dependa de los votos de los separatistas para formar gobierno. Por si fuera poco, Ciudadanos, un partido de centro imprescindible para la estabilidad política y que era quien en Cataluña le cantaba las verdades al separatismo, casi desaparece de la escena política por los errores de su líder, y sin embargo emerge otro, VOX, que se sitúa en las antípodas de aquel y ofrece soluciones radicales. ¿No queríais arroz? Tomad dos tazas.
¿Es para preocuparse o no es para preocuparse?
Ahí lo dejo, aunque podría continuar.

martes, 12 de noviembre de 2019

UNA JUGADA MAESTRA









No está nada mal lo que ha conseguido Pedro Sánchez. Como no pudo, porque no tocaba, pactar con Pablo Iglesias, forzó una nuevas elecciones que, pese a haberse dejado tres escaños en el camino, esta vez sí, le ha permitido el pacto con la izquierda radical sin mojigangas teatrales y sin declaraciones para la galería. En una jornada y por sorpresa.
Item más: ha conseguido, valiéndose del error estratégico de Albert Rivera, que Ciudadanos quede reducido a su mínima expresión y aquel dimita, quitándose de encima un rival que, sin duda alguna, es más patriota, mejor persona, mejor político y más honesto que él.
Por si fuera poco, ha propiciado que VOX se alzara como la tercera fuerza política, la excusa perfecta para llamar a arrebato a la izquierda que tendrá, a partir de ahora, el enemigo perfecto a quien combatir y culpar de todos los males y aglutinar a toda la izquierda y sus adláteres, que se precipitarán a negociar con él y formar gobierno.
Y la derecha, que si hubiera concurrido unida o en coalición hubiese ganado las elecciones, Ribera no hubiese dimitido y VOX estaría donde estaba, no ha sabido ver la jugada maestra del inquilino de la Moncloa, un auténtico Maquiavelo. Torpes más que torpes.
En resumen, que quien tenía que haber dimitido es Pedro Sánchez y en cambio se dispone a gobernar España los próximos cuatro años.
Honrado no será, pero listo es un rato.

miércoles, 6 de noviembre de 2019

EL ÚLTIMO DEBATE






Tomando como paradigma lo que está pasando en Cataluña, donde la manipulación política, histórica y cultural ha creado una realidad falsificada, es decir, un mundo aparte sustentado por la mentira, en el que viven y conviven tristemente los descerebrados del separatismo, me pregunto qué mundos defendían la otra noche los cabezas de lista de los políticos que participaron en el último debate. Porque si algo podemos decir con certeza es que ellos no fueron al plató televisivo a decir la verdad, fueron a ganarse el voto de los ciudadanos, por tanto, a ocultarle verdad, solo dijeron la verdad que les interesaba, o sea, aquella que perjudicaba al rival, pero callaron y soslayaron la verdad que les perjudicaba a ellos. ¡Pero si todos la sabemos! 

   Desde mi punto de vista los más honestos fueron Abascal e Iglesias, que no ocultaron lo que son, el primero no tuvo que decir que representa a la derecha más derecha de España para que lo entendiéramos (yo no vi en él al fascista que otros sí ven), y el segundo no tuvo empacho en decir que él representa la ideología comunista, algo que ya sabíamos, pero que lo dijera aclara muchas cosas, entre otras que representa a una ideología totalitaria. De ello debe de ser consciente, como Abascal debe de saber que su ideología entronca con una forma autoritaria de hacer política. Ambos,pues, en ese aspecto fueron honestos. 


  Pero quede claro, que exista Iglesias y Abascal se debe, fundamentalmente, a que PP y PSOE, el bipartidismo reinante, no solo han robado a manos llenas, sino que para poder gobernar han necesitado de los partidos nacionalistas-separatistas, es decir, de partidos que desprecian a España, la odian y la atacan, atacan su historia, su cultura, su lengua..., atacan a sus instituciones y a sus gentes. Es decir, han formado parte,como cómplices o encubridores, de la manipulación que el separatismo catalán ha desarrollado y desarrolla en Cataluña,  que nos ha llevado a una situación que, ahora, esos mismos partidos, no saben ni se ponen de acuerdo como solucionar. 


Es decir, no solo nos han robado, sino que nos han estafado, no han tenido en cuenta los intereses de España como nación soberana y los de los españoles como ciudadanos con derecho a ser iguales y disfrutar de los mismos derechos de los que disfrutan quienes se han valido de leyes injustas y políticos corruptos, han tenido en cuenta solo los propios, los de su partido.


   Y lo peor es que no se atisba ningún cambio de postura, pues está claro que el PSOE volverá a pactar con los separatistas y sus adláteres, cuando si fuera coherente con quien debería hacerlo es con el PP, pero ninguno de los dos contempla esta posibilidad ni de lejos. Y lo malo es que Ciudadanos ha perdido fuelle por los errores cometidos y no va a ser decisivo para sumar.


Así que tiene razón Pérez Reverte, tenemos a los políticos que nos merecemos porque somos como somos, nos roban, nos estafan, nos engañan y los seguimos votando. Nos obligan a vivir en un mundo sustentado por la mentira. La diferencia con el que viven los separatistas es que ellos no lo saben y nosotros sí. 


  Solo nos falta poner el champán en el frigo para celebrarlo. 

sábado, 2 de noviembre de 2019

IDEAS Y HECHOS






Hay algo que quiero dejar claro respecto a mí.

Muchos de los amigos con los que yo me relacionaba han dejado de frecuentarme porque, llegado el momento, no hemos coincidido en el debate de las ideas. Y ya ni me saludan. Esto es triste porque a todos ellos les tenía un afecto especial que, por la falta de relación entre nosotros, se ha ido enfriando. Detrás de esta lamentable situación está la ideología, que separa a hermanos, separa a familias, separa a amigos y, en definitiva, divide a la sociedad en buenos y malos. Esta realidad, este aspecto indeseable que apareja abrazar una ideología es la que yo no puedo compartir. Para mí no importa lo que pensemos o lo que creamos,lo que verdaderamente importa es lo que hagamos, esto es lo que nos define, nuestros hechos, no nuestras ideas.
La ideología,para aquellos que no lo tengan claro, es un conjunto de doctrinas más o menos ajustadas a una realidad que adolecen de un grave defecto: son erróneas, y se ponen al servicio de los intereses de una clase contra otra. Es decir, que el interés central de una ideología es identificar contra quién se va a utilizar, identificar al enemigo, en una palabra, para una vez identificado atacarle por todos los flancos para vencerlo y destruirlo. Esto es lo que ha hecho, por ejemplo, el marxismo en aquellos países en los que se ha impuesto y lo que sigue haciendo ahora de manera sistemática. Y lo que hizo el nazismo hasta que fue derrotado. Pero los marxistas no se avergüenzan de ello, los seguidores de esta para mí errónea ideología, como ha demostrado la realidad, no solo no se avergüenzan sino que se jactan de odiar y desear la destrucción de la ideología que se opone a la suya. Que es lo que hacen todas las ideologías extremistas con resultados catastróficos.
Queda demostrado,pues, que la ideología margina a la razón, la nubla, ya no se trata de combatir a la ideología enemiga porque sea injusta, se trata de seguir combatiéndola como coartada para participar en el reparto del pastel político, y si se presenta la ocasión, apoderare de él por completo y solo ellos participen de él. Estos son los hechos,que son los que verdaderamente importan.
Yo no puedo entrar en este juego que, en esencia, es perverso. Para mí lo que importa es que todos, independientemente de lo que pensemos o creamos, tengamos una idea clara que nos una a todos: la idea de que todos navegamos en el mismo barco, y que si dejamos que se hunda por el odio que una ideología le profesa a la otra, nos hundimos todos. Fue el odio el que provocó nuestra última Guerra Civil que tanto daño nos ha hecho a todos y nos sigue dañando porque ese odio sigue ahí larvado, se manifiesta de manera clara en lo que hacen y dicen unos y otros: la Ley de Memoria Histórica es un vivo ejemplo de ello, que se este cuestionando la Transición Española, que es la mayor aportación histórica que ha hecho la clase política española por la reconciliación y que tan positiva ha resultado para España, es otra buena prueba de lo que digo.
Por tanto, reniego de cualquier ideología concebida para enfrentar a media España contra la otra media. En España cabemos todos, y si aquellos que, animados por el odio que atesoran no respetan nada, ni siquiera su unidad, no son patriotas, no son buenas personas, tengo que decirlo así porque para mí una persona que odia a otras no es buena persona. Pero es que, además, el odio es irracional y cuando la razón desaparece de la conciencia para actuar conforme a las doctrinas ideológicas, la tragedia, antes o después, está servida.
Ya lo sabéis. Aquellos amigos y amigas que se han alejado de mí porque su pensar no coincide con el mío, les reprocho que le concedan más importancia a una ideología que a la amistad. Yo no valoro a las personas por la ideología que profesen, las valoro por sus hechos.