Queridos amigos: No está el panorama para tirar cohetes, ni
para celebrar efemérides. Lo malo de esto es que uno suele dejarse impregnar de la realidad que
destila el ambiente, incluso de manera inconsciente, y cuando reparamos en ello
hemos convertido lo que no nos gusta, lo que nos achica y envejece, en
hábito. Un mal negocio. Aquí
vendría como anillo al dedo recordar aquella frase atribuida a Abraham Lincoln que decía
que, “al final, lo que cuenta no son los años de tu vida, sino la vida de tus
años”. Parece de perogrullo, pero encierra una verdad indiscutible, pues si no le pones vida a tus años es
como si no los hubieras vivido, porque en definitiva, no es lo que pienses, sino lo que hagas, lo
que verdaderamente importa. Y si no
haces nada, ¿qué eres? Vamos a empezar a hacer cosas, cosas importantes como sonreír,
y a hacerlas bien, y me parece que
empezar el día con optimismo es empezar a hacer bien las cosas. Si no, pensad
que tomarse la vida demasiado en serio no es serio, al fin y al cabo no saldrás
vivo de ella. Habría que recordárselo a nuestros políticos, que van por la vida diciendo y haciendo gilipolleces, complicándonos la vida y complicándosela ellos. Vamos a ser serios de una vez y hacer cosas serias. Y si queréis saber cuáles son las cosas serias de la vida empezad por dormir bien para poder soñar. Que seáis felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario