Ayer conocí a un tipo interesante. Decía que él no se sentía hombre,
sino mujer, y que tenía la permanente sensación de que todo el mundo quería
follársela, lo cual le transmitía una sensación de angustia insoportable.
Le invité a un café, mayormente por seguir hablando con él, pero me dijo
que no le gustaba el café. Bueno, pues un té. Tampoco me gusta el té. ¿Una
cerveza tal vez? Tampoco me gusta le cerveza, siguió negando. Bueno, pues lo
que quieras. No quería nada, no le
gustaba nada. No le gustaba leer, ni jugar a las damas ni al ajedrez, tampoco
le gustaba correr, ni el fútbol ni el pin pong, ni internet. ¿A ti que te
gusta? --le pregunté. Mirar las estrellas –me respondió. Y por qué te gusta
mirarlas –quise saber. Y él, como si le hubiese preguntado por su nombre
respondió: “porque están lejos”. Un tipo
raro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario