martes, 28 de noviembre de 2017

REVOLUCIÓN SEXUAL






  A la chita callando, con mayor o menor descaro, y las más  de las veces con total naturalidad, las nuevas formas de vivir el sexo se están manifestando de una manera cada vez más evidente.

  Lo hemos visto de una manera palpable en la nueva edición de Operación Triunfo, donde los participantes han abordado y debatido sobre el tema con total normalidad. Por si queréis comprobarlo por vosotros mismos aquí os dejo el enlace: https://www.vanitatis.elconfidencial.com/television/2017-11-27/operacion-triunfo-ot-revolucion-sexual-tve-video_1484449/

   Donde han ensayado el tema e intentado desentrañar las siglas LGTBIQ+,.

  No es baladí el tema, pues hasta ahora teníamos claro que existían homosexuales y lesbianas que ocultaban su condición hasta donde podían, y cuando ya se hartaban de ocultarlo decidían “salir del armario”, que es como se conoce  el hecho de «declarar voluntaria y públicamente su homosexualidad», que ya de por sí supone un desafío a la sociedad y un acto de rebeldía  personal ante lo injusto. Ha habido casos realmente llamativos.

   Hasta ahora solo conocíamos, al menos en lo que a mí respecta, las siglas LGTB, sigla que se corresponde con las iniciales de las palabras  LesbianasGais, Bisexuales y Transexuales.  Pero en los últimos años se han ido añadiendo nuevas iniciales a la sigla, como la de las personas Intersexuales, Queer, Pansexuales y Asexuales, dando origen a la sigla LGTBIQPA.  Esta tendencia a añadir más siglas  ha dado lugar a la adición del signo de la suma +, que incluye cualesquiera otra tendencia sexual, con lo que la sigla completa quedaría LGTBIQPA+, que incluiría, por ejemplo, a los hermafroditas y otros.

   El término “queer” es el más desconocido, y viene a significar “raro” en sentido peyorativo, pues se trata de individuos que no son gays ni heterosexuales.

   En definitiva, que detrás de este movimiento heterogéneo de personas de diferentes sensibilidades y tendencias lo que late es un ansia de libertad sexual reprimida durante siglos y que hoy brota con una fuerza inusitada e imparable en el marco de las democracias occidentales, pues en otras sociedades donde la democracia es solo un sueño siguen encerrados en el armario.

  Esta realidad en sí no debería ser ni mala ni buena, es lo que es, pero como toda revolución cambiará muchas cosas, y no todas para bien. Lo que me pregunto es si acabará como todas las revoluciones que en el mundo han sido, es decir, mal, o esta se instalará en nuestra sociedad como algo normal sin que nadie se escandalice por ello. A más de uno le repugnará ver besarse a dos tíos en la calle, de acuerdo, pero es mucho más repugnante marginarlos porque su manera de sentir es diferente a la nuestra y obligarlos a la clandestinidad cuando no  al suicidio.


  Si aspiramos a una humanidad más justa todos hemos de tener cabida en ella, todos debemos disponer de nuestro espacio vital para llevar cabo nuestro proyecto de vida con el único límite de la ley.  

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