Y hablando
de valores, hay que recordar, porque es sano hacerlo, que el capitalismo los pisotea, pues no es de
recibo que haya gente que pasa hambre mientras
otros nadan en la abundancia, ni es de recibo que la justicia ofrezca respuestas tan pobres a los grandes problemas
de la sociedad, sobre todo al de la corrupción, que ha minado la fe de la
ciudadanía en sus representantes, realidad que, al no corregirse, es utilizada
por el comunismo trasnochado y populista para sacar pecho, como si esa
ideología pudiera dar lecciones de justicia y buen gobierno. A ver si se dan
cuenta quienes aún levantan su bandera de que el comunismo fue una gran idea
que no ha funcionado, y que no funcionará. Así que tanto un sistema como otro
tienen ante sí otro formidable desafío: reinventarse. El que lo haga se llevará
el gato al agua.
Otro asunto, tal vez menor, pero que habla a
las claras de la necesidad perentoria de una buena educación para nuestros
hijos, que me ha llamado la atención, es la polvareda mediática que ha levantado en las
redes saber que la princesa Leonor lee a Steveson y a Carroll y le gustan las
películas de Kurosawa, que ha desencadenado un tropel de burlas hacia ella.
¿Por qué? ¿Qué tiene de malo que una niña lea “La isla del tesoro” y “Alicia en
el país de las maravillas”? Os diré una cosa, sobre todo hacia quienes han
secundado las burlas demostrando su ignorancia, cualquier niña o niño que no lea estos dos monumentos
literarios en su niñez puede decirse que ha desperdiciado gran parte de su
infancia. Lo de menos es que no entienda lo que lee, lo que importa es que
disfrute leyendo, y os voy a decir una cosa, si hubo un autor con el que yo
disfruté en mi adolescencia fue con Robert L. Steveson, y lo que siento es no
haberlo leído antes; lo mismo puedo decir de Lewis Carroll. En cuanto a las películas
de Kurosawa puede decirse lo mismo, si las ve es que algo en ellas atrae su
atención, lo cual ya es un síntoma de que tiene curiosidad intelectual, ¿o es
que acaso podemos presumir todos de entender las películas de Kurosawa? Pero
nos gustan. ¡Mira que burlarse de una niña porque tiene gustos poco comunes! ¿Sabéis
el único libro al que yo tenía acceso en mi infancia? El Quijote, del que no
entendía absolutamente nada. Ya lo he leído tres veces, y no descarto una
cuarta.
Una última cosa, ese padre de Arcos de la
Frontera que ha matado a su hijo de pocos meses asfixiándolo, y le dice a la
Policía que lo ha hecho porque se lo ha dicho su teléfono móvil. Me pregunto a
qué extremos de desesperación puede llegar una persona capaz de matar a su hijo
y como única excusa alega que se lo dijo su móvil. Era el propio padre quien lo
cuidaba porque la madre no quería hacerlo, y éste, harto de la situación, le
dio una paliza y mato al hijo. ¿Cómo no
detectan los servicios sociales este tipo de situaciones? Porque ahora cabe
preguntarse, ¿es el padre un hijo de la gran puta degenerado o una víctima de
la sociedad que no aguantaba más y se ha vuelto loco? Aquí lo dejo.
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