Acabo de leer
que el Papa Clemente VII, “el más
desgraciado de los papas” según algún que otro historiador, murió al ingerir
accidentalmente una Amanita phalloides,
allá por el año 1534.
Me ha llamado la atención esta curiosidad y
he querido saber más sobre este Papa, hijo natural de uno de los Médicis, los amos
de Italia entonces.
Tomó la desafortunada
decisión de aliarse con el rey francés Francisco I, a quien Carlos I
había derrotado en la batalla de Pavía haciéndolo prisionero. A partir de esta alianza solo le ocurrieron
desgracias, pues fue derrotado cuantas veces se enfrentó al emperador, haciendo posible
con ello el famoso saqueo de Roma y su posterior reclusión en el castillo de Sant‘
Angelo durante siete meses, además de propiciar la derrota del ejército cristiano
en Hungría por parte de los otomanos, pues prefirió combatir al rey español antes que enviar su ejército en ayuda del rey de Hungría, que pereció en el enfrentamiento. Y todo por impedir que Carlos I controlara la
elección de los papas y su familia perdiera poder. Así se escribe la historia. Provocó, además, el cisma de occidente, al negarse a conceder el divorcio a Enrique VIII de Catalina de Aragón para casarse con Ana Bolena. Son los intereses personales los que priman,
fue así entonces y sigue siendo así ahora –lo de Rusia en Ucrania ahora mismo no puede ser más
paradigmático. ¿Quién dice que hemos avanzado?
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