Primera
pregunta: ¿cómo es posible que la ciencia haya llegado a los confines del
Universo y sea incapaz de garantizar el sustento diario al ser humano? Sin duda es una paradoja
que en unas cosas lleguemos tan arriba y en otras seamos tan bajos.
Segunda
pregunta: ¿cómo es posible que para ser médico haya que estudiar seis largos
años de carrera y un solo error puede apartarlo de la profesión, además de tener que indemnizar al enfermo, y
para ser político baste con saber firmar? Sin embargo si el político yerra no pasa nada,
nadie le exige nada, cuando de su gestión puede depender el bienestar de cientos, miles,
millones de personas. No deja de ser sintomático que no haya mecanismos para pedirle
responsabilidades a los políticos por una mala gestión. La gestión de Zapatero como gobernante debería
de haber disuadido a la sociedad de que es necesario arbitrar dichos
mecanismos.
Tercera pregunta: ¿Por qué cuando surge un escándalo de corrupción
en el seno de un partido, de un gobierno –central, autonómico o local- independientemente de penar a los
responsables directos, no hay una ley
que obligue a dimitir a los responsables políticos por no haber sabido
impedirlo? ¿Tal vez porque tendrían que
irse todos?
Cuarta pregunta: ¿por qué cuando una autonomía o un ayuntamiento se entrampa y distrae dineros para cosas que ni hacen falta, ni son
productivas, ni benefician a la sociedad, ni son de interés general la ley no
obliga al responsable de esa Comunidad o Ayuntamiento a dimitir y devolver el dinero
malgastado? Si se exigiera una fianza política para prevenirlo no pasaría eso,
pues no basta con tener la legitimidad de las urnas, hay que tener también
legitimidad moral, y esta no hay político que la supere.
Que
no me hablen a mí de “voluntad política” de hacer las cosas bien y demás
zarandajas, las cosas se hacen bien dando ejemplo, no basando la actividad
política en atacar al contrario para
quitarlo a él y ponerte tú, descalificándolo constantemente para desgastarlo,
no reconociéndole nada por bueno que sea. Eso no es política, eso es afán de
poder para medrar y vivir del cuento. ¿O acaso los ciudadanos notamos alguna
diferencia sustancial en cuanto a honradez, en cuanto a saber administrar los
recursos de todos para que nadie pase hambre y haya trabajo? Donde yo vivo, el alcalde
anterior, del PSOE, se gastó todos los dineros en infraestructuras. Cuando vació
las arcas municipales pidió préstamos a tutiplén, entrampó al municipio y se
fue. Ahora es un ayuntamiento en la ruina que se ha visto obligado a despedir a
la mistad de la plantilla y rebajar el sueldo al resto. ¿Por qué no se le piden
responsabilidades por su mala gestión y
se le inhabilita para volver a ejercer la política? Lo mismo debería hacerse a cualquier político
que anteponga sus sueños de grandeza al interés general.
Nuestra
clase política no vale, es pura farfolla, va a lo que va, a disfrutar de un
buen sueldo, un buen despacho, secretaria, coche, viajes, prebendas y luego,
cuando deja la política, un buen puesto en la empresa privada. Esta es la pura
realidad. Algún día alguien se dará
cuenta y le pedirá explicaciones. No puede ser que haya hambre y los políticos
despilfarren, se corrompan y permitan la injusticia. No puede ser.
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