¿Será verdad que mentimos para crear
verdades? Yo diría que es esta una de esas verdades absolutas que, por serlo,
se convierte en una mentira relativa. En
la literatura, por ejemplo, se miente para poner de relieve verdades que de
otro modo no podrían conocerse. Además,
nos hacen soñar. Si no fuera por los cuentos, cuando los cuentos se contaban a
los niños alrededor de la chimenea o antes acostarse, la fantasía sería un
fantasma que sale por las noches buscando a quien sepa interpretarla para
hacerla realidad preñándola de sueños.
Si no fuera por los sueños no soñaríamos con un mundo mejor a pesar de
que la realidad nos dice que vamos a peor, si no fuera porque la mentira es el
condimento de la verdad las ideologías y las religiones que nos prometen
paraísos habrían muerto antes de nacer.
Si no fuera porque mentir se ha convertido en un arte a fuerza de ser
necesaria no tendríamos dudas sobre la intención de un poderoso cuando nos dice
que “vamos bien”, pero calla para quién.
Si no fuera porque necesitamos que nos quieran nunca diríamos “miénteme,
dime que me quieres” y convencernos de que así. Vale la pena insistir en esta idea del amor,
pues ¿quién no miente para ganarse el amor de una mujer aun a sabiendas que la
mentira te la quitará? Sí, va a ser
verdad que mentimos para crear verdades a medida.
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