Traigo, en esta mañana de domingo postrero del mes de noviembre, esta interesantísima teoría, tan vital para la convivencia y de la que tanto podemos aprender si sabemos aplicarla.
En 1969, en la
Universidad de Stanford (EEUU), el Prof. Philip Zimbardo realizó un experimento
de psicología social. Dejó dos autos abandonados en la calle, dos autos
idénticos, la misma marca, modelo y hasta color. Uno lo dejó en el Bronx, por
entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York y el otro en Palo Alto, una
zona rica y tranquila de California. Dos autos idénticos abandonados, dos
barrios con poblaciones muy diferentes y un equipo de especialistas en
psicología social estudiando las conductas de la gente en cada sitio.
Resultó que el
auto abandonado en el Bronx comenzó a ser vandalizado en pocas horas. Perdió
las llantas, el motor, los espejos, el radio, etc. Todo lo aprovechable se lo
llevaron, y lo que no, lo destruyeron. En cambio el auto abandonado en Palo
Alto se mantuvo intacto.
Es común
atribuir a la pobreza las causas del delito. Atribución en la que coinciden las
posiciones ideológicas más conservadoras, (de derecha y de izquierda). Sin
embargo, el experimento en cuestión no finalizó ahí, cuando el auto abandonado
en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable,los
investigadores decidieron romper un vidrio del automóvil de Palo Alto,
California. El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx de
Nueva York y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al
mismo estado que el del barrio pobre.
¿Por qué el
vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente seguro es
capaz de disparar todo un proceso delictivo?
No se trata de
pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología, el
comportamiento humano y con las relaciones sociales.
Un vidrio roto
en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de
despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de
ley, de normas, de reglas, como que todo vale nada. Cada nuevo ataque que sufre
el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos, cada
vez peores, se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional.
En experimentos posteriores
(James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la 'teoría de las ventanas
rotas', misma que desde un punto de vista
criminológico concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido,
la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.
Si se rompe un vidrio de una
ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los
demás. Si una comunidad exhibe signos de deterioro, y esto es
algo que parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen 'esas pequeñas faltas' como estacionarse en lugar
prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja y estas
pequeñas faltas no son sancionadas, entonces comenzarán a desarrollarse faltas
mayores y luego delitos cada vez más graves.
Si los parques y otros
espacios públicos son deteriorados progresivamente y nadie toma acciones al
respecto, estos lugares serán abandonados por la mayoría de la gente (que deja
de salir de sus casas por temor a las pandillas),y esos mismos
espacios abandonados por la gente, serán progresivamente ocupados por los
delincuentes.
La respuesta de los
estudiosos fue más contundente aun, indicando que; ante el descuido y el
desorden crecen muchos males sociales y se degenera el entorno.
Tan solo vea un
ejemplo en casa, si un padre de familia deja que su casa tenga algunos
desperfectos, como falta de pintura de las paredes en mal estado, malos hábitos
de limpieza, malos hábitos alimenticios, malas palabras, falta de respeto entre
los miembros del núcleo familiar, etc., etc., etc., entonces poco a poco se
caerá en un descuido de las relaciones interpersonales de los familiares y
comenzarán a crear malas relaciones con la sociedad en general y quizá algún
día llegarán a caer en prisión.
Esa puede ser
una hipótesis de la descomposición de la sociedad, la falta de apego a
los valores universales, la falta de respeto de la sociedad entre sí, y hacia
las autoridades (extorsión y soborno) y viceversa, la corrupción en todos los
niveles, la falta de educación y formación de cultura urbana, la falta
de oportunidades ha generado un país con ventanas rotas, con muchas ventanas
rotas y nadie parece estar dispuesto a repararlas.
La teoría de
las ventanas rotas fue aplicada por primera vez a mediados de la década de los
80 en el metro de Nueva York, el cual se había convertido en el punto más
peligroso de la ciudad. Se comenzó por combatir las pequeñas transgresiones:
graffitis deteriorando el lugar, suciedad de las estaciones, ebriedad entre el
público, evasiones del pago del pasaje, pequeños robos y desórdenes. Los
resultados fueron evidentes..
Comenzando por lo pequeño se logró hacer del metro un lugar seguro.
Comenzando por lo pequeño se logró hacer del metro un lugar seguro.
Posteriormente,
en 1994, Rudolph Giuliani, alcalde de Nueva York, basado en la teoría de las
ventanas rotas y en la experiencia del metro, impulsó una política de
'tolerancia cero'.
La estrategia
consistía en crear comunidades limpias y ordenadas, no permitiendo transgresiones
a la ley y a las normas de convivencia urbana.
El resultado
práctico fue un enorme abatimiento de todos los índices criminales de la ciudad
de Nueva York.
La expresión
'tolerancia cero' suena a una especie de solución autoritaria y represiva, pero
su concepto principal es más bien la prevención y promoción de condiciones
sociales de seguridad.
No se trata de
linchar al delincuente, ni de la prepotencia de la policía; de hecho, respecto
de los abusos de autoridad, debe también aplicarse la tolerancia cero.
No es tolerancia
cero frente a la persona que comete el delito, sino tolerancia cero frente a la
descortesía, la falta de educación y respeto, en fin frente al delito
mismo.
Se trata de
crear comunidades solidarias, limpias, ordenadas, respetuosas con los demás y
con los códigos básicos de la convivencia social humana.
Es bueno volver a leer esta teoría y de paso difundirla.
Es bueno volver a leer esta teoría y de paso difundirla.
La solución a
este problema YO NO LA TENGO, ESTIMADO LECTOR pero he comenzado a reparar las
ventanas de mi casa, estoy tratando de mejorar los hábitos alimenticios de mi
familia, le he pedido a todos los miembros de la familia que evitemos decir
malas palabras delante de nuestros hijos, hemos acordado aceptar las
consecuencias de nuestros actos con valor y responsabilidad, pero sobre todo
dar una buena dosis de educación a nuestros hijos, con esto espero comenzar a
cambiar en algo lo que antes hubiera hecho mal, he soñado que los míos algún
día repitan esto el día de mañana, con la finalidad de que los hijos de mis
hijos, o los nietos de mis hijos vean algún día, un nuevo Mundo, un Mundo sin
ventanas rotas
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