Me han llamado la atención una serie de cosas estos últimos días que
quisiera compartir con vosotros por si tenéis algo que comentar al respecto.
La primera ha sido la que les otorga a
nuestros estudiantes de secundaria una
más que mediocre competencia financiera, por debajo de la media de los 18
países participantes. Es decir, que en cuestiones de dinero les cuesta distinguir un cheque de un pagaré e interpretar una factura. Lo cual no deja de ser preocupante teniendo
en cuenta que vivimos en una sociedad capitalista donde el dinero es
protagonista principal de casi todas nuestras decisiones.
El dinero forma parte de una trilogía famosa
junto con la salud y el amor, incluso hay una canción referida a tan popular
trío. Seguro estoy de que si le
preguntasen a nuestros estudiantes cómo
se cura una gripe o cómo se enamora a una chica responderían sin dudar y con
acierto, pero si le preguntásemos de
dónde procede el dinero que los bancos prestan a quienes solicitan un préstamo ya no lo tendrán tan claro. Y si se les
preguntara qué pasa a partir de ese
momento, les costaría trabajo dar una respuesta atinada.
Desde esta realidad, desde este analfabetismo financiero, no es extraño contemplar cómo los bancos se aprovechan de nosotros y nos estafan sin que nos enteremos, el caso de las “preferentes” ha sido uno de los más sangrantes y vergonzosos. Los bancos, no solo “hacen” dinero de nuestro dinero, sino que, en su insondable avaricia, superan con creces los límites de su competencia y se pasan las leyes por debajo de la axila, ya lo dijo el fundador de la dinastía Rothschilds : “Denme el control del dinero y ya no importa quién haga las leyes”. Hay que tener la cara dura para decir eso, pero esta es precisamente la característica de los banqueros. Como ejemplo tenemos a Blesa, el que acabó con caja Madrid y engañó a media España con las preferentes, que se permite demandar al juez que lo mandó a prisión y en el juicio que se sigue contra él lo acusa de dañar su imagen y hacerle daño a él y a su familia, pues lo encarceló sin tener ni idea de economía financiera. El abogado del juez estuvo al quite: “Pues usted tampoco deber tener mucha a juzgar como acabó, ¿no?” –le dijo. Debería de haberle recordado, para ilustrar su afirmación, que la mansión que compró en Florida para directivos de Caja Madrid y que le costó a la entidad la friolera de 10, 5 millones de euros, cuando su anterior propietario la había comprado cinco años antes por 2,5 millones, la actual Bankia ha tenido que venderla por 7,5 millones, con lo cual ha perdido casi tres millones de euros. Ese es el “conocimiento” financiero de Blesa. Menudo elemento.
Desde esta realidad, desde este analfabetismo financiero, no es extraño contemplar cómo los bancos se aprovechan de nosotros y nos estafan sin que nos enteremos, el caso de las “preferentes” ha sido uno de los más sangrantes y vergonzosos. Los bancos, no solo “hacen” dinero de nuestro dinero, sino que, en su insondable avaricia, superan con creces los límites de su competencia y se pasan las leyes por debajo de la axila, ya lo dijo el fundador de la dinastía Rothschilds : “Denme el control del dinero y ya no importa quién haga las leyes”. Hay que tener la cara dura para decir eso, pero esta es precisamente la característica de los banqueros. Como ejemplo tenemos a Blesa, el que acabó con caja Madrid y engañó a media España con las preferentes, que se permite demandar al juez que lo mandó a prisión y en el juicio que se sigue contra él lo acusa de dañar su imagen y hacerle daño a él y a su familia, pues lo encarceló sin tener ni idea de economía financiera. El abogado del juez estuvo al quite: “Pues usted tampoco deber tener mucha a juzgar como acabó, ¿no?” –le dijo. Debería de haberle recordado, para ilustrar su afirmación, que la mansión que compró en Florida para directivos de Caja Madrid y que le costó a la entidad la friolera de 10, 5 millones de euros, cuando su anterior propietario la había comprado cinco años antes por 2,5 millones, la actual Bankia ha tenido que venderla por 7,5 millones, con lo cual ha perdido casi tres millones de euros. Ese es el “conocimiento” financiero de Blesa. Menudo elemento.
Otra de las cosas que me han llamado la
atención ha sido la celebración, estos días, del “Día del Orgullo Gay”, una fiesta que, supongo, tiene su fundamento en el hecho de que ninguna
persona debe avergonzarse de lo que “es”, pues si vamos a eso todos “deberíamos
ser” mejor de lo que somos. Así que,
desde este punto de vista, yo respeto el ser de los homosexuales, pues no
pueden dejar de ser lo que son aunque quisieran, la naturaleza los ha hecho así
y ante eso no caben juicios morales ni éticos.
Lo único que podemos decir acerca de la homosexualidad es que no deja de
ser una anormalidad de la naturaleza, que se contradice a sí misma, pero
anormalidades hay muchas, y aberraciones ni os cuento. Así que, que sea una anormalidad o deje de
serlo, no puede impedir ni matizar, de
ningún modo, el respeto inherente a toda persona por el hecho de serlo.
Ahora bien, que hagan ese tipo de
exhibiciones folclóricas para llamar la atención sobre su existencia y
reivindicar su condición ante la
sociedad que los respeta y los ampara con leyes, pues no me parece muy
respetable. Primero porque, estoy seguro, habrá muchos homosexuales y lesbianas
que no se verán representados en ese tipo de manifestaciones, que incluso las critican. Segundo, porque, desde mi punto
de visita, consiguen lo contrario de lo que persiguen, pues la sociedad las ve como una provocación,
como un mal ejemplo que afecta a sus propias creencias y a su moral. Todo lo
cual actúa en su contra. ¿Va a ser más
respetado el colectivo gay porque
exhiban sus diferencias públicamente en un Día de Orgullo? Pues no. Entonces ¿por qué lo hacen? La
respuesta hay que buscarla en lo que supone vivir en una sociedad de consumo,
que aprovecha cualquier evento para hacer negocio, y no cabe duda que la
celebración del día del Orgullo Gay se ha convertido en un negocio como tantas otras
celebraciones que, en origen, perseguían
dignificar la figura de alguien y luego han quedado en meras celebraciones
sociales cuyos beneficios para la sociedad se reflejan en las cajas de los
establecimientos comerciales del ramo. Yo creo que es degradante para el colectivo
gay semejante alarde, además de ofender a mucha gente. Y eso es precisamente lo
que hay que evitar: ofender.
Otra de las cosas que han entrado dentro de
la categoría de “extrañas” ha sido la derrota de Brasil ante Alemania. Ni el más avispado de los comentaristas o
expertos deportivos habría podido imaginar nunca que tal paliza hubiera podido
tener lugar, digna de figurar en los anales de los acontecimientos más
extraordinarios del siglo a nivel mundial. Y no digo universal porque no sé si
E.T. existe realmente.
Me pregunto qué diablos le pasó a Brasil o
qué no le pasó para que Alemania le
pasara por encima como una apisonadora.
Si me permitís decirlo yo creo que la culpa la tiene España, pues ha
sido nuestra selección, la que muchos han dado en llamar “La Roja”, la que ha
cerrado en los últimos acontecimientos deportivos a nivel mundial y
europeo su camino victorioso habitual
hacia los títulos. Y estaban rabiosos. Yo os digo que, sin en lugar de Holanda
hubiésemos jugado contra Alemania en la inauguración del mundial, nos meten el
doble de goles, nos machacan; al no hacerlo lo pagaron contra Brasil. Hemos de agradecer, por tanto, a la FIFA que
nos endosara a Holanda y a Chile para cerrarnos el paso, pues, dentro de lo malo, podría haber sido peor: por muchas ganas que nos tuvieran los
holandeses los alemanes, el doble. ¡De
la que nos hemos librado!
Otra noticia extraña, insólita, fea, ha sido
la protagonizada por Fabián Picardo,
ministro principal de Gibraltar, que por si alguien no lo sabe es nieto de una
española, la colonia británica cuya existencia es una vergüenza, un insulto
para la inteligencia, un baldón para España.
Nadie ignora que Gibraltar subsiste
económicamente gracias al contrabando, al narcotráfico y a su carácter de
paraíso fiscal, situación que España ha venido soportando durante años y años
sin adoptar ninguna medida. Todavía no me explico cómo Felipe González les
abrió la verja sin ninguna contrapartida,
pues seguro estoy de que si la hubiera mantenido cerrada hoy las cosas
pintarían de manera muy diferente, pues con la verja cerrada Gibraltar es
insostenible. Pues las cosas siguen estando igual, luego la apertura de la
verja nos ha perjudicado y a ellos beneficiado. Más tontos no podemos ser.
Pero algo había que hacer, y la única medida
legal fue establecer controles exhaustivos en la verja para evitar el cachondeo
y la mofa que supone permitir que los habitantes de la Roca vivan a nuestra
costa, su nivel de vida sea mayor que el nuestro, y encima nos desprecian y nos odien. Inadmisible.
Han debido dar en el clavo los controles,
dado donde más les duele, pues nos han denunciado ante la UE y le han pedido a
la metrópoli que actúe contra España, han recurrido a papá para que los ampare.
Lo último ha sido la visita del tal Picardo a España –que también hay que tener
cara dura- con la pretensión de reunirse con los partidos de la oposición para que presionen al Gobierno y retiren los
controles. Eso es, para que ellos sigan
viviendo del cuento. Lo malo es que, no
solo han sido los partidos contrarios a la unidad de España quienes han hablado
con él, como la Izquierda Plural, el PNV, Ciu, Esquerra…, también han hablado
con él, de tapadillo, nada menos que Chaves y Moscoso, dos diputados del principal
partido de la oposición, lo cual ya sobrepasa mi capacidad de asimilación: ¿de
qué tenían que hablar dos significados diputados del PSOE con ese señor? ¿Tal
vez buscaban alguna posible información que pudiera hacerle daño al Gobierno? La desesperación del PSOE
es ciertamente preocupante, pues cuando debiera haber mandado a Picardo
a retirar los bloques de hormigón que han arrojado en la bahía de Algeciras para que
nuestros pescadores no puedan pescar, lo reciben como si le debiéramos algo.
Incalificable.
Por hoy lo dejaremos aquí, me parece que me
he alargado demasiado.
Saludos.
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