martes, 3 de octubre de 2017

¿FE EN EL HOMBRE?








   ¿Fe en el hombre con lo que está cayendo? Ni de coña. La fe que se puede tener en el hombre es la que uno tiene en sí mismo para intentar ser hombre. Creo más en el perro que ha salvado 29 vidas en el terremoto de México que en esos jóvenes que han evitado un suicidio en Londres. Así de triste es la cosa. Y no es que yo le reste valor a ese bello gesto que yo emularía sin pensarlo, pero no es con gestos aislados como el hombre se gana el derecho a que se tenga fe en el hombre.

   Cuando veo que hay padres que se llevan a sus hijos, niños de corta edad, a utilizarlos como escudos contra la Policía,  a los que se adoctrina en el odio y la xenofobia a lo español ¿cómo se puede creer en el hombre? ¿Se puede creer en el hombre que es capaz de llevar al desastre a una nación por ocultar sus miserias? ¿Se puede tener fe en el hombre que es capaz, mediante técnicas de marketing político y cultural, imbuir en un millón de personas el odio a España y la xenofobia a los españoles? Porque el día que se descubra lo que realmente hay detrás de la criminal actitud de los que gobiernan Cataluña muchos catalanes de buena fe se darán de cabezazos contra la pared, al saberse utilizados obscenamente para que ellos, sus gobernantes,  salven su pellejo por su pésima gestión y su latrocinio.  

   Todos nos esmeramos en  representar la comedia de la vida, de que  somos buenas personas y ejemplares ciudadanos,  pero  en absoluto lo somos, de hecho nadie es bueno porque no sabemos qué es ser bueno, ni para qué sirve ser bueno, de hecho, ser “bueno” puede ser hasta contraproducente.  Ahí tenemos a nuestro ínclito Presidente señor Rajoy que ha confiado en lo que alguien le ha dicho de que no iba a pasar nada y mirad si ha pasado, con lo que tenemos que darle la razón a Freud cuando dijo que «los buenos son los que se contentan con soñar aquello que los malos hacen realidad». Así que hala, a soñar, que no cuesta nada y pensar que lo de Cataluña lo va a arreglar la bondad y la buena fe. 

   Nos esforzamos por convivir,  por disimular nuestras pasiones, reprimimos  nuestros impulsos más primarios,  ayudamos a los demás como forma de ayudarnos a nosotros mismos, nos relacionamos unos con otros para no enloquecer, para disimular que no nos soportamos ni a nosotros mismos.., pero enfrentados a la realidad de la vida cada cual va a lo suyo, esto no hay quien lo cambie, y la realidad de la vida es que hay que ganarse el pan. Esta realidad es que han sabido explotar muy bien los nacionalistas  inculcando ideas tóxicas en los catalanes, pintándoles una arcadia feliz en su Catalonia y demonizando a España, la nación represora de las libertades catalanas.

   Siempre estaremos solos, siempre nos acompañará la angustia de la existencia, siempre buscaremos maneras de resistir, siempre buscaremos enemigos para justificar nuestros actos, y cuando todo nos falla nuestra única opción es poner nuestra fe en Dios si creemos en él, porque sabemos que el hombre jamás se puede confiar. ¿Cómo se puede creer en el hombre si su estupidez no tiene límites? ¿Cómo se puede creer en ese hombre que predica una cosa y hace la contraria? Ahí tenéis el ejemplo de la izquierda de nuestro maltratado país, de ese partido llamado “Podemos”, que se manifiesta contra la xenofobia y el machismo y se alía con el nacionalismo excluyente y xenófobo que pretende destrozar a España sin pudor. ¿Y ellos son los que se tienen por patriotas? El patriotismo es el amor a la patria y ellos rezuman odio.  ¿Y sabéis por qué? Porque la derecha les ha ocupado espacio y los ha dejado sin argumentos, y para compensar se arriman a lo más rancio y ruin del planeta.  ¡Si Marx levantara la cabeza! Ahí tenemos a  la señora Colau, que tanto habla de defender derechos y democracia y a la que no importaría que España se vaya al carajo, debería aprender del activismo del PP y del PSOE en el País Vasco durante los años en que la banda etarra tenía secuestrada a la sociedad vasca mediante el terror. ¡Eso sí era defender la libertad y la democracia jugándose la vida! Y no ella, una recién llegada que se tutea con los  afines a Bildu y reciben a Otegui como un hombre de paz en Cataluña y llaman fascista a Juan Manuel Serrat.  Así que lecciones de democracia, ninguna, señora Colau. De tener fe en  usted y sus postulados, mucho menos, señora.

   Tendríamos hoy un poco más de fe en el hombre si el PSOE se hubiera sacudido sus complejos y hubiera formado gobierno de coalición con PP y Ciudadanos, pero ni siquiera fue capaz de votar en el Congreso el apoyo el Gobierno en el conflicto catalán. Si hubiera tenido visión de futuro y Sánchez fuera un hombre de Estado esa coalición se hubiera producido y se hubiera evitado que llegáramos  a esta situación de angustia e incertidumbre, y hoy no estaría dividido y sería un partido en el que confiarían los españoles. Pero prefirieron arrimarse a Podemos y “entender” a los soberanistas que odian y menosprecian  a España antes que aliarse con el PP porque es un partido corrupto, ¡como si ellos fueran inocentes! Lo que pasa es que su líder no es líder de nada, es un inepto, un hipócrita. ¿Fe en el hombre? Desde que Hobbes, en un alarde de lucidez lo calificara como un lobo para el hombre la fe que pudiéramos tener en él se vino abajo.  Por eso inventó a Dios y los que acabaron por no creer en él  inventaron el comunismo.  


   Es en estos casos, en estos momentos de angustia e incertidumbre, cuando se manifiesta en toda su crudeza la soledad del hombre, de ese hombre que sufre y se angustia cuando mira a su alrededor y se sabe solo.  Si nuestros políticos no saben solucionar el conflicto de Cataluña, y hasta ahora no han sabido hacerlo ni parece que tengan las ideas claras de cómo hacerlo, tal  vez España debería echarse a la calle y que su clamor se levante por encima de su incompetencia y les digamos que lo arreglen ya y sino que se vayan y dejen paso a otros.  

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