La ilusión no goza de buena salud, el virus
de internet la tiene postrada, muy pocos son los que creen en su recuperación,
pues su enfermedad tiene difícil cura.
Sin embargo la ilusión permite
alimentar sueños y creer en utopías, sin
ella todo se ennegrece y el oficio de vivir se torna tedioso además de cruel,
cunde el desaliento que arruina la
voluntad y desaparecen los colores como en una fría, destemplada y oscura tarde
de invierno.
Decidme, ¿hay algún político en el mundo que ilusione? ¿Alguna
nueva idea capaz de hermanar a los hombres? ¿Algún concepto que cree
jurisprudencia y acabe con la impostura? No, no lo hay, así que la única salida
que nos queda es creer en nosotros mismos, sin esa fe estamos perdidos. Tener
amigos es esencial, sin ellos la vida es oscura. Así que si hay un sentimiento por el
que merece la pena vivir y luchar es el de la amistad. Sacrificarla por la
ideas es una aberración, la amistad está por encima de todas las ideologías, y si es auténtica supera todas las crisis, lo
único que no soporta es la traición. La amistad es vida, lo demás es selva.
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