sábado, 4 de mayo de 2013

EL LIBRO DEL DESASOSIEGO (fragmento)



    

   Me ha llamado la atención un fragmento del libro "El libro del desasosiego", de Fernando Pessoa, y no he resistido la tentación de incorporarlo a mi blog y comentar algunas de sus afirmaciones más polémicas. El texto es el siguiente:




 " El mundo es de quien no siente. La condición esencial para ser un hombre práctico es la ausencia de sensibilidad. La cualidad principal en la práctica de la vida es aquella cualidad que conduce a la acción, esto es, la voluntad. Ahora bien, hay dos cosas que estorban a la acción –la sensibilidad y el pensamiento analítico, que no es, a fin de cuentas, otra cosa que el pensamiento con sensibilidad. Toda acción es, por naturaleza, la proyección de la personalidad sobre el mundo exterior, y como el mundo exterior está en buena y en su principal parte compuesto por seres humanos, se deduce que esa proyección de la personalidad consiste esencialmente en atravesarnos en el camino ajeno, en estorbar, herir o destrozar a los demás, según nuestra manera de actuar. Para actuar es necesario, por tanto, que no nos figuremos con facilidad las personalidades ajenas, sus penas y alegrías. Quien simpatiza, se detiene. El hombre de acción considera el mundo exterior como compuesto exclusivamente de materia inerte –inerte en sí misma, como una piedra sobre la que se pasa o a la que se aparta del camino; o inerte como un ser humano que, por no poder oponerle resistencia, tanto da que sea hombre o piedra, pues, como a la piedra, o se le apartó o se le pasó por encima. El máximo ejemplo de hombre práctico, por reunir la extrema concentración de la acción junto con su importancia extrema, es la del estratega. Toda la vida es guerra, y la batalla es, pues, la síntesis de la vida. Ahora bien, el estratega es un hombre que juega con vidas como el jugador de ajedrez juega con las piezas del juego. ¿Qué sería del estratega si pensara que cada lance de su juego lleva la noche a mil hogares y el dolor a tres mil corazones? ¿Qué sería del mundo si fuéramos humanos? Si el hombre sintiera de verdad, no habría civilización. El arte sirve de fuga hacia la sensibilidad que la acción tuvo que olvidar. "

   Y este es mi comentario:

   Es duro el texto de Pessoa, muy duro, y lo es porque se ajusta a la realidad. Él no dice nada que no sepamos, sabemos por propia experiencia que el hombre que pretenda dominar a otro u otros hombres, no puede tener sentimientos, de lo contrario su sensibilidad se lo impediría. Por tanto la afirmación de que “el mundo es de quien no siente” es rigurosamente cierta.

  La segunda afirmación es más subjetiva, pero encierra igualmente una verdad incontestable:  “La condición esencial para ser un hombre práctico es la ausencia de sensibilidad”. Y lo es porque sensibilidad y pragmatismo son incompatibles, un hombre práctico, un hombre de acción, de los que no se detienen ante nada, no puede ser sensible al sufrimiento de los demás porque de lo contrario dejaría de ser práctico en ese mismo instante. Y si no carece de sensibilidad por completo, es tan leve que no impide que lleve a cabo su plan estratégico de dominio. La afirmación de LGrajalva (una amiga) poniendo en duda la incompatibilidad entre sensibilidad y pragmatismo la honra, pues demuestra su fe en el ser humano, pero amiga mía, estamos hablando de “dominar” y quien pretende dominar no trabaja “hombro con hombro” con otros hombres, los manipula. Lo mismo cabe decir sobre el comentario de Laura (otra amiga), que viene a darle la razón a Pessoa, lo cual no es incompatible con afirmar que la humanidad, en su inmensa mayoría, está compuesta de seres que piensan y analizan y sienten, pero son precisamente esos los que no dominan el mundo. Los que dominan el mundo “ni sienten ni padecen”, dicho sea en  afirmación coloquial que viene al pelo.

  Y llevan razón también Santiago* cuando afirma que los que no sienten están condenados a sentir cuando sean a su vez dominados por alguien como ellos. Lo malo es que ellos lo saben y procurarán eliminarlos antes de que el dominador se convierta en dominado. Este es el juego de la vida, el de siempre, el pez gordo se come al chico y el chico al más chico todavía.

  Nuestra ventaja es que lo sabemos, antes no lo sabíamos, antes creíamos que quienes nos gobiernan y dirigen eran personas buenas, generosas, sensibles, honestas, que persiguen el bien general. Estábamos equivocados, el poder tiene su propia dinámica al margen de los sentimientos de quien lo ostenta, y actúa de acuerdo con los intereses que demanda ese poder. Por tanto hablar de honestidad, honradez, generosidad, etc, en el ámbito del poder es una entelequia: intereses, solo intereses. Por eso me temo que ninguno de los que transitamos por aquí nunca tendremos poder. Somos unos pobrecitos que pensamos y sentimos, una desgracia como otra cualquiera.

  Sin embargo, la afirmación más terrible y realista de Pessoa es cuando se pregunta: ¿Qué sería del mundo si fuéramos humanos? Si el hombre sintiera de verdad, no habría civilización. El arte sirve de fuga hacia la sensibilidad que la acción tuvo que olvidar. "

   O sea que la civilización actual se la debemos al hombre práctico, al hombre de acción, al que no siente, pero piensa, al hombre que no se detiene ante nada, al que se rodea de otros hombres que, igual que él, persiguen lo mismo. Juntos forman una fuerza colosal que, ajena a los sentimientos, construye civilizaciones.
   Es decir que nuestra civilización y todas las civilizaciones que en el mundo son y han sido, están cimentadas sobre millones de cadáveres, injusticias escalofriantes, penalidades de todo tipo  y sufrimientos sin fin.  
   Cuesta trabajo creer que quien ha hecho posible la civilización no ha sido el hombre práctico, ha sido quien, desde la sensibilidad social y el análisis de la realidad, le ha dado ideas al hombre práctico. Nadie, pues, es inocente.



*LGrajalba, Laura y Santiago son compañeros de Netwriters que opinaron sobre este apasionante tema en esta plataforma de escritores de la que formo parte.  Su URL es: http://www.netwriters.eu/

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