Os voy a hablar de literatura, sin extenderme en consideraciones de más.
La literatura es esa actividad creativa que los científicos miran por encima del hombro porque para ellos la realidad son los números, que también tienen su poesía no lo voy a negar, en cambio, para el escritor la realidad está en las emociones. Fuera de ella solo hay números.
Decía Pessoa que "toda literatura consiste en un esfuerzo por tornar real a la vida". Y es verdad porque la vida nos oculta cosas que la literatura nos muestra. De donde se infiere que la literatura es más real que la vida misma. A través de ella el escritor se esfuerza por plasmar en su narración la verdad, esa verdad que forma parte de la realidad, pero que solo se acude a ella cuando interesa, y solo entonces. Porque ¿qué es la verdad? Se dice que la verdad es aquello que coincide en todos sus extremos con la realidad. ¿Y qué es la realidad? No podemos definirla en su totalidad. Lo que nos llevaría a concluir que aquello que no es definido carece de existencia real. De manera que la vida , que sin duda es real, no sabemos lo que es, luego su realidad es dudosa.
Y como la verdad y la vida son conceptos que, fuera del ámbito religioso, se prestan a equívocos, y que todo lo que hace o dice el hombre hay que ponerlo en cuarentena, hay que leer entre líneas. Y aquí es donde entra la literatura para poner las cosas en su sitio. La literatura y los niños, que ellos sí que dicen lo que sienten sin filtros de ninguna clase. No como los políticos, maestros en la perversión del lenguaje. Es muy complicado que un político utilice la verdad para gobernar. Ellos recurren al relato, y si a mitad de camino su relato no les sirve, crean otro sin que ello suponga para ellos mayor carga emocional. Están tan convencidos de que para lograr sus propósitos han de ocultar la verdad, que consideran que mentir es un arma necesaria, pues sin ella no podrían cumplir con su objetivo de gobernar para implantar sus postulados ideológicos que, como es sabido y notorio, son los más beneficiosos para la sociedad. Los demás son puro engaño.
Por tanto, si quieres saber de la vida, lee literatura, no creas en ningún político que te ofrezca el oro y el moro. El propósito del político es gobernar, y gobernar es esquivar la verdad para perpetuarse en el poder. Y si para ello es necesario faltar a a verdad, lo hace, y si es descubierto, desautoriza al osado, y si ha de conculcar las leyes, las conculca bajo la especie de que es legal. Y así hasta el infinito. Jamás admitirá que ha mentido aunque sea evidente. Jamás admitirá que es un corrupto, aunque sea público y notorio.
Entonces ¿cómo se sirve el político de la verdad? Solo cuando es favorable a sus intereses. Esa es la verdad.
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