Hoy quiero dejaros un cuento para el fin de semana, que hace frío y podréis leerlo al calor de una estufa, un radiador o una chimenea. Puede que os guste o puede que no, pero mi deseo es que os guste. Aquí lo tenéis:
Hoy quiero dejaros un cuento para el fin de semana, que hace frío y podréis leerlo al calor de una estufa, un radiador o una chimenea. Puede que os guste o puede que no, pero mi deseo es que os guste. Aquí lo tenéis:
Me atrevo a traeros aquí la genial respuesta de una amiga, Alicia Santos, a quien le pedí que me diera una receta de aliño para aceitunas. Su receta es tan genial, abarca tantos aspectos culinarios, está descrita con tal maestría literaria, que merece ser conocida y valorada. Comprobadlo vosotros mismos.
"Aliñar aceitunas, como se hace:
Os voy a hablar de literatura, sin extenderme en consideraciones de más.
La literatura es esa actividad creativa que los científicos miran por encima del hombro porque para ellos la realidad son los números, que también tienen su poesía no lo voy a negar, en cambio, para el escritor la realidad está en las emociones. Fuera de ella solo hay números.
Decía Pessoa que "toda literatura consiste en un esfuerzo por tornar real a la vida". Y es verdad porque la vida nos oculta cosas que la literatura nos muestra. De donde se infiere que la literatura es más real que la vida misma. A través de ella el escritor se esfuerza por plasmar en su narración la verdad, esa verdad que forma parte de la realidad, pero que solo se acude a ella cuando interesa, y solo entonces. Porque ¿qué es la verdad? Se dice que la verdad es aquello que coincide en todos sus extremos con la realidad. ¿Y qué es la realidad? No podemos definirla en su totalidad. Lo que nos llevaría a concluir que aquello que no es definido carece de existencia real. De manera que la vida , que sin duda es real, no sabemos lo que es, luego su realidad es dudosa.
Y como la verdad y la vida son conceptos que, fuera del ámbito religioso, se prestan a equívocos, y que todo lo que hace o dice el hombre hay que ponerlo en cuarentena, hay que leer entre líneas. Y aquí es donde entra la literatura para poner las cosas en su sitio. La literatura y los niños, que ellos sí que dicen lo que sienten sin filtros de ninguna clase. No como los políticos, maestros en la perversión del lenguaje. Es muy complicado que un político utilice la verdad para gobernar. Ellos recurren al relato, y si a mitad de camino su relato no les sirve, crean otro sin que ello suponga para ellos mayor carga emocional. Están tan convencidos de que para lograr sus propósitos han de ocultar la verdad, que consideran que mentir es un arma necesaria, pues sin ella no podrían cumplir con su objetivo de gobernar para implantar sus postulados ideológicos que, como es sabido y notorio, son los más beneficiosos para la sociedad. Los demás son puro engaño.
Por tanto, si quieres saber de la vida, lee literatura, no creas en ningún político que te ofrezca el oro y el moro. El propósito del político es gobernar, y gobernar es esquivar la verdad para perpetuarse en el poder. Y si para ello es necesario faltar a a verdad, lo hace, y si es descubierto, desautoriza al osado, y si ha de conculcar las leyes, las conculca bajo la especie de que es legal. Y así hasta el infinito. Jamás admitirá que ha mentido aunque sea evidente. Jamás admitirá que es un corrupto, aunque sea público y notorio.
Entonces ¿cómo se sirve el político de la verdad? Solo cuando es favorable a sus intereses. Esa es la verdad.
Acto emotivo el que tuvo lugar el día 29 de octubre en Valencia con motivo del primer Aniversario de la Dana. Yo no pude reprimir las lágrimas. Me fue imposible, pues por encima del significado de la ceremonia, la emoción podía verse en cada gesto, en cada palabra, en cada mirada. Ayer pudimos ver, mejor dicho, sentir el dolor de los familiares de las víctimas, vivirlo con ellas y experimentar su vacío ante su enorme pérdida, una pérdida que jamás podrá ser olvidada ni perdonada. ¿Cómo no pudo evitarse semejante tragedia? Yo estoy seguro de que pudo evitarse, o al menos, minimizar su impacto. Pero no se hizo, y no se hizo porque los políticos de uno y otro signo estaban a otra cosa, no estaban dónde debían estar ni hicieron lo que debían hacer. Es muy preocupante lo que está sucediendo en España desde que los políticos que nos gobierna emplean su tiempo y sus recursos en perpetuarse en el poder y desgastar al contrario, en lugar de emplearlos para desarrollar un proyecto ilusionante para España. La tragedia de la Dana fue posible porque ni unos ni otros hicieron lo que debían haber hecho porque la consideraron una oportunidad para desprestigiar al contrario. Esta fue la razón por la que se abstuvieron de actuar como la ocasión lo requería, propiciando así, por un mero cálculo partidista y electoral, la tragedia. Esta es la España que tenemos ahora, una España en la que nadie piensa, una España que, si nadie actúan rápido y le recuerda a los gobernantes su obligación de gobernar y gobernar bien, se convertirá en una república bananera al estilo caribeño. La sociedad civil debe salir a la calle y decir ¡basta!.